El Regreso

Por Arlette Fait

Al regreso, el caos se habrá encargado de obligarnos a transitar nuestro mapa emocional, dejando al descubierto dones emocionales abundantes y prósperos que no reconocimos en nosotros mismos. Es bien bonito poder mirarse el alma otra vez y saberse amado/a.

Cuando regresas, ya tu óptica es otra. Tu perspectiva es mucho más amplia porque sabes con mayor claridad, quien sos, cual es tu misión y tu propósito, cuales son tus destrezas emocionales y espirituales y posiblemente ya estas mucho más cómodo con navegar placidamente en el mar de la vulnerabilidad, lo cual es todo un arte.

Creo firmemente que en el regreso nos toca compartir nuestra experiencia para nutrir a nuestra comunidad. Es ese espacio donde finalmente implementamos toda la enseñanza de amor que acumulamos durante estos procesos de crisis y lo logramos convertir en un mundo de posibilidades maravillosas para uno y para los demás.

En el caos nos reinventamos y solo ahí podemos darnos cuenta de que tan fuertes somos, ya que ser fuertes es la única opción que tenemos en ese instante. Pero al regreso, al habernos puesto en contacto con esa magia emocional y espiritual qué habita en nosotros, ya en ese momento del atardecer, ahí ya nos ganamos el permiso de pintar el lienzo de colores.

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